Desde el baúl de los recuerdos…Recordamos la conquista del Mundialito del `80.
- FUTBOL TOTAL DIGITAL
- 4 jul 2018
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En medio de un clima "Celeste" que disfruta del momento de la Selección Uruguaya en el Mundial de Rusia, es oportuno dar una vista al pasado y recordar una de las instancias que el Fútbol Uruguayo colmó de alegría a miles de orientales.

El Mundialito, se disputó en Uruguay, del 30 de diciembre de 1980 al 10 de Enero de 1981. Era una competición que enfrentaría, para conmemorar el 50 aniversario de la creación de la Copa del Mundo, a todos los campeones mundiales hasta la fecha, en el lugar donde todo empezó, el Estadio Centenario de Montevideo. Como siempre, los ingleses pasaron de esta edición (como de casi todas las primeras ediciones, sea el ámbito que sea), y fue la Naranja Mecánica (o sus restos, más bien), sub-campeona de los dos últimos Mundiales, quien tomó su lugar. El sorteo emparejó en el Grupo A a los propios Holandeses con Italia y los anfitriones, la Celeste. Mientras en el grupo B nos encontramos con Alemania Federal, Argentina y Brasil. Si bien, se notó la ausencia de algunos jugadores importantes, el torneo tuvo un nivel medio bastante alto. Si repasamos los equipos nos encontraremos auténticas estrellas, que garantizaban un buen espectáculo. Holanda estaba en plena transición, casi traumática entre su Naranja Mecánica de los 70 y la posterior de finales de los 80. Aún así, habían dado guerra en la EURO 80. Sin embargo, el equipo que presentaron en Uruguay era bastante mediocre, con la presencia de muchos jugadores del equipo revelación de la Eredivisie, el AZ67, que había ganado la liga, rompiendo la hegemonía de los tres grandes. A destacar, la presencia del legendario Hans Van Breukelen, en su primer gran torneo con la selección.
Uruguay, jugando en casa, no se dejó nada.
Los memoriosos recordarán esta imágen que fue la representativa del Mundialito.

Presentó a sus mejores jugadores, a excepción del Rey del Gol, Fernando Morena. Italia presentaba la base de la Eurocopa, que luego le llevaría a la gloria en España 82. Destacable la ausencia de Zoff, dejando a Bordon (su eterno suplente), la posibilidad de jugar un torneo, y la presencia de los jóvenes Franco Baresi y Carlo Ancelotti, así como la del siempre infrautilizado Roberto Pruzzo, atacante de la Roma. El grupo B, sin duda el más potente, presentaba a los tres equipos más prestigiosos del panorama internacional. Alemania venía de ganar la Eurocopa de Italia, desplegando un juego espectacular.

A excepción de Schuster, su cerebro, presentaba a todos los jugadores claves del campeonato europeo, entre ellos el reciente Balón de Oro, Rummenigge. Hansi Muller tendría que cumplir con la misión de hacer que la ausencia del genio de Augsburg no se notase. El regreso a la Mannschafft de Rainer Bonhof era otra buena noticia. Argentina, campeón del mundo del 78, campeón mundial juvenil del 79, el equipo número 1 del mundo. Un equipo que mezclaba a la perfección elementos de esos dos conjuntos ganadores, y que sentaría la base del mejor combinado argentino de todos los tiempos, el de España 82 (que fracasó, curiosamente, al igual que lo hizo la otra mejor Argentina, la de 2002). A estrellas como Fillol, Passarella, Ardiles o Kempes, se unían los juveniles Ramón Díaz y Diego Armando Maradona, sin duda formando el equipo favorito al título. Por último, Brasil. El reino del jogo bonito cuando esta palabra aún no estaba viciada. Sin Zico, eso sí. Y con un equipo de jugadores del campeonato brasileño, porque entonces los cariocas se quedaba en su país y venían a Europa en casos muy esporádicos, y siendo una figura, ya veteranos. Así pues, Telé Santana contaba con Sócrates, Toninho Cerezo, Junior, el genio juvenil Tita, Óscar o la mejor zurda del panorama internacional, Eder.
La otra gran ausencia, Falcao. Uruguay, como podía esperarse, ganó su grupo.
Pasó por encima del conjunto holandés, y derrotó con autoridad a la squadra azzurra. Finalistas en casa. Como siempre había sido. Destacó sobremanera la actuación del atacante de Nacional, Waldemar Victorino: rápido, incisivo, siempre en boca de gol.
En el otro grupo, Alemania decepcionó. No dio el nivel que había mostrado escasos 6 meses atrás en Italia y fue derrotada claramente por Argentina y Brasil. Los cariocas, además, los vapulearon 4-1 desplegando un juego de ensueño. Y fue esta diferencia de goles la que dio el pase a la “Canarinha” a la final, ya que en el derby sudamericano, el resultado fue un empate. Maradona y Díaz estuvieron muy bien. Ese entusiasmo juvenil de ambos se echó en falta en las grandes estrellas Albicelestes, que se dejaron llevar, como si el torneo fuese un estorbo para ellos, que tenían su puesto en el seleccionado asegurado. Algunos no volvieron jamás.
Roque Maspoli ,fue el técnico
de la Selección Uruguaya que
conquisto la “Copa de Oro”

Menotti quedó bastante disgustado. En la final, de nuevo, Brasil y Uruguay frente a frente con los canarinhos de claros favoritos. Pero esta vez en el Centenario. La posibilidad de devolver un poco del sufrimiento que su país tuvo 30 años atrás motivaba a los brasileños, pero de nuevo, la garra charrúa, inspirada por un imperial Waldermar Victorino se impuso. También brillantes Diogo (el padre del actual jugador del Zaragoza), y De León, cuya experiencia en Brasil (jugaba en el Gremio), le llevó a mantener a raya a la poderosa línea de ataque brasileña. De nuevo 2-1. De nuevo Uruguay campeón. Quizá el broche ideal para el torneo que conmemoraba, también, su primer entorchado mundial. Ahora los héroes no se llamaban Scarone, Castro, Andrade, Nasazzi, sino Victorino, Olivera, Diogo o De León. Pero la garra charrúa era la misma.
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